Por Caroline Keane

Traducción: Madeline Farías

Durante la pandemia COVID-19 han ocurrido tres olas de huelgas de hambre en el Northwest ICE Processing Center (NWIPC), anteriormente conocido como Northwest Detention Center, con hasta trescientas personas.

Las huelgas de hambre por parte de las personas prisioneras (migrantes y no migrantes) han ocurrido durante muchos años. En el NWIPC, ha habido una ola nueva de huelgas de hambre en centros de detención durante la pandemia COVID-19. Las personas detenidas exigen visados humanitarios inmediatos, reunión de las familias, parar todas las deportaciones, liberación de las personas con condiciones de salud latentes y permitir el uso de cortinas de baño apropiadas. En el NWDC, una huelga fue iniciada porque un guardia se arrodilló en el cuello de una persona de diecinueve años de edad. Un reportaje de la University of Washington iluminó las condiciones abusivas de la instalación, algo que las personas detenidas han estado denunciando durante años.  

Los condiciones en estos centros de detención, ya condenadas ampliamente, se han  exacerbado durante la pandemia. Para numerosas personas detenidas, dichas condiciones son tan mortíferas e intolerables que la inanición se convierte en una mejor opción que seguir viviendo adentro. Desde siempre, las prisiones han sido consideradas como violentas y lugares difíciles donde vivir. El escoger debilitar el sistema inmunológico y fortaleza corporal es una clara  muestra de la desesperación que la que viven. Los y las prisioneras, particularmente los y las migrantes, tienen acceso restringido al mundo exterior, sobretodo durante COVID-19. Esto hace que sus cuerpos se conviertan en uno de los únicos instrumentos de resistencia y solidaridad. Las ya intolerables condiciones dentro de las instalaciones de ICE se convierten vuelven cada vez más inhumanas; los prisioneras y prisioneros hacen huelga de única forma en la que pueden. Su situación crítica continua siendo  ignorada ampliamente, excepto por activistas y personas amadas de las personas detenidas. La única manera  para asegurar que los y las detenidas migrantes sean tratadas como personas y acabar con este riesgo para la salud pública, es escuchando sus demandas y cerrando los centros de detención para siempre.

Cuando comenzó la pandemia de COVID-19, se tornó obvio que la vida de las personas detenidas no sería protegida. El supuesto crimen de migrar a Los Estados Unidos, desde siempre, hacía que las personas prisioneras fueran consideradas como indignas de derechos humanos básicos como comida comestible, condiciones sanitarias salubres y una vida libre de abuso. Las y los prisioneros continuaban siendo detenidos en lugares donde la sana distancia social no era posible y sin condiciones necesarias para sanitización o equipo de protección personal. Las huelgas de hambre durante la pandemia comenzaron el 27 de Marzo de 2020, cuando más de 60 mujeres iniciaron una huelga de hambre, y para la primera semana de Abril, ya participaban 300 personas. Las personas detenidas reportaron que los guardias no usaban mascaras o guantes. Las demandas de las huelgas  incluyeron la liberación inmediata de personas vulnerables, visados humanitarios a las personas detenidas y una moratoria en deportaciones y transferencias entre instalaciones. 

Según el Detention Watch Network, para el 15 de Abril de 2020, tres semanas después del comienzo de la pandemia, se habían confirmado a nivel nacional 16 huelgas de hambre entre los y las migrantes detenidas. Las condiciones eran intolerables no sólo en el NWIPC sino también en muchas otras instalaciones de ICE alrededor de los Estados Unidos.

Guardias, aún teniendo un resultado positivo del virus, continuaban trabajando. Las personas detenidas con presencia de COVID-19 fueron transferidas al NWIPC y del NWIPC a otras instalaciones de ICE. 

En Noviembre, un guardia se arrodilló sobre el cuello de una persona de 19 años de edad. Democracy Now reportó que, en respuesta, siete personas detenidas iniciaron una huelga de hambre y otras cuatro, fueron puestas en confinamiento solitario por haber alzado la voz durante el ataque. Para algunas personas, este acto fue visto como particularmente ofensivo al haber ocurrido el mismo año en el que George Floyd fue asesinado y comenzaron los levantamientos del movimiento Black Lives Matter.

Según La Resistencia, en Diciembre habían dos personas detenidas haciendo huelga de hambre para protestar las peligrosas condiciones dentro de las instalaciones, Victor Fonseca and Gabriela Parra Perez, quienes demandaban la liberación de personas prisioneras con  condiciones de salud subyacentes.

Según el reportaje en Twitter de La Resistencia, para el 8 de Enero, cuatro mujeres seguían en huelga de hambre junto a Victor, quien sufre de hipertensión y riñones defectuosos. Exigían la liberación de cualquier persona enferma. Dos guardias habían salido positivos en la prueba de COVID-19 y diez personas participaban activamente en la huelga de hambre.

Otra huelga de hambre fue iniciada en Febrero, cuando una persona detenida protestaba la instalación de cortinas de baño cortas y translúcidas, dejando a los prisioneros y prisioneras expuestas. Parecía que ICE y GEOCorp les habían quitado la poca privacidad que tenían.

Según La Resistencia, la huelga de hambre de Victor Fonseca cumplió 100 días el 2 de Marzo de 2021. Victor dijo a La Resistencia: “El lunes estaré cumpliendo 100 días de mi huelga de hambre, y no pienso parar. Seguiré peleando por mi libertad, mi familia y mi vida. Nuestra lucha continua para cerrar este centro de detención para el 2025, este edificio que ha separado a tantas familias e injustamente deportado a tantas.”

Las personas detenidas en el NWIPC no eran las únicas usando huelgas de hambre para demandar mejores condiciones de vida y supervivencia de COVID-19. Existen informes de huelgas de hambre en al menos trece otras instalaciones de ICE en los Estados Unidos durante la pandemia de COVID-19.[ref]

Informes de huelgas de hambre en otras 13 instalaciones: 

https://www.washingtonpost.com/local/ice-coronavirus-detention-centers-release/2020/04/08/f4dcaef8-74ee-11ea-87da-77a8136c1a6d_story.html

https://www.northjersey.com/story/news/new-jersey/2020/11/27/ice-detainees-bergen-county-jail-hunger-strike-get-support/6398654002/

https://www.propublica.org/article/ice-detainee-says-migrants-are-going-on-a-hunger-strike-for-soap

https://solitarywatch.org/2021/01/28/immigrant-detainees-went-on-hunger-strike-against-intolerable-conditions-and-covid-exposure-ice-punished-them-with-solitary-confinement/

https://www.centrolegal.org/detained-immigrants-launch-hunger-strike-urging-gov-newsom-to-protect-lives-of-black-immigrants-others-in-ice-detention-amid-covid-19-threat/

https://www.kqed.org/news/11835611/ice-detainees-at-yuba-jail-press-for-covid-19-protections

https://www.centrolegal.org/despite-months-of-warnings-at-least-one-immigrant-at-mesa-verde-detention-facility-tests-positive-for-covid-19/

https://www.bronxdefenders.org/nyifup-statement-on-detained-immigrants-hunger-strike-and-new-covid-19-outbreak-in-hudson-county-jail/

https://scalawagmagazine.org/2020/09/new-orleans-hunger-strike-ice/

https://www.rollcall.com/2020/04/02/sixth-ice-detainee-tests-positive-for-covid-19-as-hunger-strikes-begin/

https://kirkpatrick.house.gov/2020/06/10/icymi-rep-kirkpatrick-colleagues-send-letter-to-ice-regarding-migrant-detention-facilities-and-treatment-during-covid-19-pandemic/

https://www.startribune.com/sherbune-county-jail-detainees-plan-hunger-strike-for-release-because-of-covid-19/570783972/

https://aijustice.org/2020/03/26/florida-ice-detainees-start-hunger-strike-over-coronavirus-concerns/[/ref]

Hablé con Maru Mora Villalpando, una organizadora que trabaja con La Resistencia (grupo de defensa de los derechos de los inmigrantes), para ganar algo de perspectiva sobre las huelgas de hambre y nuestro momento actual en lo que respecta a la abolición de los centros de detención. Le pregunté a Maru sobre cómo han cambiado las percepciones públicas desde que iniciaron las huelgas de hambre en el NWIPC y en el tiempo en el que La Resistencia ha trabajado para apoyarles.

“Los avances que hemos visto son varios que se pueden ver fuera de la detención, la gente sabe de la existencia de este sistema, el llamado para el fin de la detención ha crecido, junto con el de abolir a ICE. La respuesta de Biden a la aplicación de la ley de inmigración es el resultado de los años de organización interna en los centros de detención. Las condiciones después de una huelga de hambre muy publicitada mejoran un poco. Pero con el tiempo, cuando no existe una presión pública, regresan a las mismas condiciones terribles. Bajo COVID, todas las condiciones de detención han empeorado”. 

La respuesta de Maru acerca de cómo encajan las huelgas de hambre en la lucha mayor por la abolición de las cárceles y el momento en que esto podría ser posible, fue  

“Está cada vez más cerca, y las huelgas de hambre no son sólo una parte de la lucha mayor, son una guía para nosotros. Sus demandas y organización son el llamado a organizarse también afuera “. 

¿Qué pueden aprender las personas de afuera de las personas presas en huelga de hambre? 

“Las huelgas de hambre son la demostración más pacífica que cualquiera puede hacer, así como la táctica más difícil e insostenible que puede realizar una persona. Sin embargo, cuando las personas detenidas deciden hacerla, reflejan las extremas condiciones a las que se enfrentan. Por eso, las personas de afuera deben de escuchar a las detenidas,seguir su ejemplo, y no asumir qué hacer o decidir a partir de su propia táctica individual qué es mejor para las personas detenidas que están organizándose.”  

¿Cómo pueden las personas de afuera apoyar a las encarceladas en el NWDC y a sus familias?

“Apoyar el trabajo de La Resistencia, hacer los llamados a acciones, atender a nuestras acciones, compartir nuestras publicaciones en redes sociales y donar, y así podemos continuar el trabajo hasta que el NWDC  para siempre.”

En el NWIPC, las huelgas de hambre se han registrado desde el 2014. El 7 de Marzo de ese mismo año, 1,200 personas detenidas migrantes rechazaron comidas, algunas de ellas hasta por 56 días. Ese año se organizaron dos huelgas más, los detenidos y detenidas exigían mejores condiciones de vida y el fin de las deportaciones. La Resistencia se formó ese año para apoyar a las personas dentro de las instalaciones.

Hubieron al menos cinco huelgas de hambre en el 2017, demandando el fin a trabajo forzado y mal remunerado. Las personas detenidas eran pagadas $1 por día por realizar trabajo riguroso, lo que algunas personas llamarían salarios de trabajo esclavo. Ese mismo año, La Resistencia  demandó a las instalaciones alegando que el programa de trabajo viola las leyes estadounidenses contra la esclavitud. Los detenidos y detenidas enfrentaron represión en forma de confinamiento solitario, amenazas de alimentación forzada y traslados a otras instalaciones. 

En el 2018, al menos 120 migrantes detenidos y detenidas participaron en una huelga de hambre para exigir alimentos comestibles y saludables, junto con audiencias justas y fianzas más bajas por parte de ICE. Dos participantes de la huelga aseguran haber sido atacados por guardias en represalia por el paro.

 En el 2019, al menos 200 personas participaron en la huelga, demandando mejor comida,  poner fin al abuso de los guardia y el cierre de las instalaciones. Presos y presas, reportaron a través de La Resistencia que habían encontrado sangre, pelo y gusanos en la comida, mientras que las personas en la cocina se quejaban de una plaga de ratas.  Para este momento, se habían registrado diecinueve huelgas de hambre en el NWIPC.

Según información de ICE, para el 12 de Marzo de 2021, habían 34 casos confirmados de COVID-19 en el NWIPC. Sus datos no especifican ninguna distinción entre personas trabajadoras o detenidas. Un reporte de  University of Washington Center for Human Rights reveló que tan inseguras e inhumanas han sido las condiciones en el NWIPC. En cuanto al protocolo de COVID, el informe encontró problemas de distanciamiento social, sanitización y uso de cubrebocas, traslados de personas reclusas, prueba y transparencia. La historia de acceso inadecuado a la atención médica fue repetida al negarse a realizar pruebas generalizadas. E reporte ilustra la lógica defectuosa detrás de la detención de migrantes durante la pandemia. 

“Primero que nada, ambos conjuntos de pautas, ICE y CDC, están basados en la suposición de que cierta protecciones recomendadas para aquellas personas fuera del entorno penitenciario no son posible para las que están dentro de las cárceles y prisiones. Desde el punto de vista de derechos humanos, esta es una suposición peligrosamente problemática, ya que naturaliza la ‘necesidad’ de la detención civil de inmigrantes, a pesar de la fuerte condena de tales prácticas en la ley internacional de los derechos humanos, y sugiere además que una vez detenidas, las personas tienen un derecho a la salud menos sólido que las y los miembros de la población en general”.

Un informe de Detention Watch Network  reveló el enorme riesgo para la salud pública que representaba la continua detención de migrantes durante la pandemia. En el estado de Washington, las detenncioes de ICE fueron responsables por 1,673 casos de 245,000 en los Estados Unidos. La tasa de infección dentro de los centros de detención de inmigrantes fue 13 veces mayor que la de la población general de Estados Unidos. ICE también fue responsable por la propagación del virus en el extranjero al continuar con las deportaciones, incluso cuando las fronteras estaban cerradas.  Detention Watch Network reportó: “ICE exportó el virus a Guatemala, Haití, México, El Salvador e India; países con pocas camas de cuidado intensivo, pocos respiradores y con sistemas de salud relativamente escasos, particularmente vulnerables a la propagación viral… Durante algún punto de la primavera pasada, las personas deportadas de los Estados Unidos representaron hasta el 20 por ciento de todos los casos conocidos de COVID-19 en Guatemala. En el año fiscal 2020, ICE deportó a 164,455 personas de los EE. UU., potencialmente enviando miles, o incluso decenas de miles, de casos alrededor de todo el mundo.”

Muchas personas presas se enfrentan a repercusiones por alzar la voz o protestar su detención y persecución, en las formas de confinamiento solitario, ataques de los guardias, alimentación forzada, traslado de instalaciones y deportación. Las huelgas de hambre son también una clave esencial en su lucha por la libertad. Han habido persona presas que han sido liberadas en repuesta de una huelga de hambre y presión pública. Así como numerosas demandas en contra de NWIPC a través de los años. Según datos de ICE, para el 3 de Marzo de 2021, 3,622 personas detenidas fueron liberadas por orden judicial.

Un proyecto de ley, HB1090, pasó recientemente en el  Washington State House of Representatives para poner fin al uso de los centros de detención con fines de lucro en Washington. El NWIPC es el único centro que existe actualmente. Las muchas huelgas de hambre y las condiciones que las incitaron fueron referenciadas en las causas del proyecto de ley. Si éste pasa en el Senado, el NWIPC cerrará permanentemente en el 2025, cuando expire el contrato con GEOCorp. No se permitirá la apertura de instalaciones similares con fines de lucro.

Las condiciones dentro de la instalaciones de ICE, particularmente en el NWIPC, son inhabitables y éstas sólo se han exacerbado por la pandemia de COVID-19. Debemos escuchar las plegaria de las personas prisioneras para ser tratadas humanamente y responder poniendo fin a las intolerables condiciones a las que se enfrentan. La única forma que esto puede ocurrir es cerrando los centros de detención. Podemos imaginar alternativas o simplemente regresar al tiempo reciente en el que no existían, e impulsar un mundo donde a los y las inmigrantes se les otorguen los mismos derechos humanos que a quienes tienen la ciudadanía.